¡Ser una Franciscana de María Inmaculada es haberle dicho "SI" al Señor para servirle!.
Quiero ser Franciscana

Somos hijas de la Beata María Caridad Brader, nuestra fundadora, quien nos dejó en la gracia de la Adoración Perpetua en el Santuario Eucarístico de Maridíaz, en Pasto, el eje de nuestra labor pastoral, social, misionera y educativa.

Ser religiosa es felicidad, una vida plena al poner al servicio de Dios y de mis hermanos los dones y talentos recibidos

Te invitamos a hacer parte de esta gran familia. Caminemos junto con María Inmaculada, San José y San Francisco de Asís para que descubras el plan que Dios quiere para ti.

Son muchas las propuestas y los estilos de vida que el mundo nos ofrece, los católico estamos llamados a ser profetas y misioneros en la construcción del Reino de Dios.

Nuestra Congregación es baluarte Eucarístico para Nariño y Colombia.

Únete a esta gran familia para que a una sola voz digamos: Todo por amor a Dios y como Él lo quiere. ¡Anímate a vivir una hermosa experiencia de discernimiento vocacional!

Conoce las diferentes etapas de formación en nuestra congregación:

Aspirantado ambiental:

Es la etapa en la cual la joven que desea conocer la vida religiosa y cultivar su llamamiento a la vida franciscana, inicia un proceso de discernimiento de su vocación que la lleva a descubrir su opción por Cristo, sin desligarse, en lo posible, de su propio ambiente (Constituciones Capítulo II Art. 18).

Las jóvenes que han cumplido los objetivos del Aspirantado presencial y demuestran una relativa madurez humana-cristiana y decisión para dar una respuesta generosa al llamamiento divino, pueden ser aceptadas para iniciar el Postulantado. (Constituciones Capítulo II Art. 20).

Postulantado:

Es la etapa que se caracteriza por la profundización de la Vida humana y cristiana y el discernimiento de la vocación para nuestra Congregación y facilita el conocimiento recíproco entre las postulantes y el Instituto. (Constituciones Capítulo II Art. 21)

En el Postulantado se profundiza la vivencia de la fraternidad y se ofrecen experiencias en los campos de acción apostólica propios de la Congregación. Por lo tanto, nuestra vida religiosa debe ser un auténtico testimonio dentro de un ambiente de comprensión y respeto a la persona. (Constituciones Capítulo II Art. 23)

Noviciado

Con el que comienza la vida en el Instituto, tiene como finalidad que la novicia conozca más plenamente la vocación divina, que pruebe el modo de vida de ésta, que confirme la mente y el corazón con su espíritu y misión, y que el Instituto pueda comprobar su intención e idoneidad. (Constituciones Capítulo II Art. 27)

Juniorado

La Hermana juniora hace su profesión temporal por tres años y luego la renueva por dos. El tiempo de la profesión temporal está dedicado a una formación sistemática, de acuerdo con la capacidad de cada Hermana, según el plan de formación, bajo la dirección de la maestra de junioras. (Constituciones Capítulo II Art. 44)

Es una etapa de cinco años, comprendida entre la primera profesión y la profesión perpetua. En ella la Hermana continúa su formación humana y religiosa que inició en el noviciado y que debe prolongarse a través de una asidua labor de seguimiento de parte de la maestra de junioras, de la Superiora Local y de estímulo de la comunidad. La participación en el trabajo y la evaluación frecuente, llevan a la Hermana a la maduración de su espíritu y de su personalidad. (Constituciones Capítulo II Art. 42)

Los tres primeros años de juniorado se destinarán de modo especial a la preparación de las Hermanas para la tarea que les corresponda desempeñar, según el Carisma e Identidad de nuestra Congregación; en los dos últimos, a una preparación más intensa para su profesión perpetua. Durante el periodo del juniorado no se confíen a las Hermanas funciones y trabajos que le impidan atender a su formación. (Constituciones Capítulo II Art. 45)

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